Domingo 19
de Mayo, 2024

Construcción

EIVISAC, 21 años aportando técnicas modernas en demoliciones

EIVISAC, 21 años aportando técnicas modernas en demoliciones

Ha conquistado el mercado apostando por la innovación constante,
maquinaria moderna y personal calificado

“Comenzamos esta empresa en 1998, año muy difícil para el Perú y para el mundo, por la recesión imperante a raíz de la crisis asiática, por lo tanto, o emprendías o morías, no había alternativa”, comenta el Ing. Erik Vildoso Concha, gerente general de EIVISAC, una empresa del rubro de ingeniería y construcción, que hoy es reconocida en el mercado por brindar servicios con altos estándares de calidad y seguridad, con liderazgo indiscutible en demoliciones, una actividad mucho más difícil que construir. En seguida la cordial entrevista con el distinguido ejecutivo peruano.

¿Cómo fueron esos pasos iniciales de la empresa, Ing. Vildoso?
– Una vez egresado de la universidad, en sociedad con mi hermano Iván, constituimos la empresa, basados solo en ahorros familiares porque era muy difícil conseguir cartas fianza u otras facilidades en los bancos. Por algunas referencias que llegaban y que podíamos aprovechar, decidimos viajar a Corea y efectivamente, este viaje fue exitoso.
Por la crisis asiática, Corea estaba prácticamente quebrada, el precio del metro cuadrado de terreno se había elevado de manera extraordinaria y no podían tenerlo como almacén de maquinaria que no producía, por lo tanto, las empresas estaban decididas a deshacerse de esas máquinas y vender los terrenos. Conseguimos algo que ni siquiera imaginamos: máquinas sin inicial, sin intereses y para pagarlas como pudiéramos y en el tiempo que pudiéramos.

Me imagino que esas máquinas significaban una innovación en comparación con las que se usaban en el Perú.
– Definitivamente, fue así. Pero además siempre he pensado que la innovación es parte del desarrollo, en consecuencia, buscamos algunas cosas que en el Perú no se usaban, pero sí en Corea. Por ejemplo, en el Perú se usaba el cargador frontal y el tractor, para movimiento de tierra, que resultaba sumamente costoso, además improductivo. Nosotros reemplazamos eso, a la usanza de Asia, por excavadoras, es decir, el transporte y el carguío con una sola máquina.
Además, en el trabajo de demoliciones en el Perú se cometía una ingenuidad y torpeza: se hacía chocar un cargador frontal contra una edificación esperando si caía primero la edificación o el cargador frontal. Para reemplazar esto nosotros fuimos los primeros en traer maquinaria moderna, como martillos hidráulicos y crusher, tanto para las demoliciones propiamente dichas, como para la eliminación de los residuos.
Obviamente, en el mercado hay muchas empresas que trabajan en construcción, los clientes nos eligen porque hacemos cosas diferentes, gracias a eso nos hemos hecho conocidos en el mercado, hemos adquirido liderazgo en demoliciones. Hemos tenido crecimiento sostenido, ampliando nuestro ámbito de trabajo a carreteras, puentes, bypasses y otras obras de infraestructura, incluyendo obras públicas.

Se dice que es más difícil demoler que construir un edificio, ¿es así Ing. Vildoso?
– Totalmente cierto, la demolición es sumamente complicada; colocar 2,000 ladrillos en una obra es relativamente fácil, pero quitar 2,000 ladrillos de una obra construida es mucho más difícil. Y hay que hacerlo sin ocasionar daños a las edificaciones vecinas.
Por supuesto hay técnicas especiales para hacer demoliciones exitosas. Nosotros hemos demolido el edificio del Banco de la Nación, en el centro de Lima, incendiado en el gobierno de Fujimori. Lo demolimos totalmente, reciclamos todo el material, hicimos un relleno controlado y creamos un parque encima de los sótanos.
Esta obra se hizo sin ningún problema con los vecinos. También hemos demolido recientemente, el edificio Limatambo donde estaba el logo de Coca Cola, un edificio emblemático, trabajo que también lo hicimos son ningún problema con las edificaciones del entorno.

Hay permanentes modificaciones de las normas de adquisiciones y contrataciones del Estado, de los reglamentos, ¿debe ser difícil para una empresa adecuarse a esos vaivenes?
– Tenemos que adecuarnos a los movimientos del mercado que casi siempre están motivados por intereses de algún sector, o por lobbies. Para mantenerse vigente no hay otro camino que adecuarse a las normas y en ese sentido nosotros siempre hemos estado a la vanguardia cumpliendo todos los requisitos para estar aptos para las contrataciones.
 
Según declaraciones de la ministra de Economía y Finanzas las obras de la reconstrucción del norte se ejecutarían con contratos NEC, modalidad que se empleó en la infraestructura de los Juegos Panamericanos, ¿cuál es su opinión?
– Posiblemente sean buenos para agilizar las obras públicas, pero beneficiarían a las empresas extranjeras en desmedro de las nacionales, por lo tanto, sería un gran error. Según informaciones disponibles, por problemas de corrupción se perdía alrededor del 3% presupuesto de las obras y lo que se paga en estos convenios de gobierno a gobierno es de 5%, es decir, se va a pagar mucho más, porque no se piensa reducir el aparato burocrático, por lo tanto, no entiendo la ventaja.
Gran parte de las obras de los Panamericanos fueron ejecutadas por empresas británicas, a través de las nacionales, que fueron tomadas como simples subcontratistas. Si se ponen en práctica los contratos NEC sería necesario establecer mecanismos para que las empresas nacionales participen no solo como subcontratistas, sino como titulares en esos contratos.

¿Cuál es su balance de EIVISAC del 2019 y las perspectivas para el 2020?
– Hemos tenido tres años muy malos por la recesión imperante en los gobiernos de Humala y Kuczynski, que paralizó el país, pero este año hemos tenido mejor suerte, pues hemos conseguido los socios adecuados y los proyectos adecuados, todo lo cual nos ha favorecido, pero no le puedo decir cómo resultará el 2020 porque hay incertidumbres que no han sido superadas.

¿Cuáles son sus consejos a los jóvenes ingenieros a la luz de su experiencia?
– En países Latinoamericanos se piensa que el visionario es aquel que adivina el futuro, a veces le sale, otras veces no, pero cuando le sale se con vierte en un gurú y le ponen al frente de una empresa.
El futuro nadie lo conoce, nadie puede determinar factores externos a él, como el clima, la economía, la política. Nadie puede predecir el futuro, pero hay algunas cosas que se pueden hacer en el presente que puedan tener influencia en el futuro, estas cosas son las únicas que se pueden controlar.
La misión de un visionario -digamos un gerente general-, no es adivinar el futuro, sino presentar en la mesa diferentes opciones de futuro y establecer un plan de contingencia para cada una de ellas, en consecuencia, se presente el futuro que se presente, ya tendrá un plan definido. El gerente general no debe aferrarse a un solo futuro, porque si no sale como pensaba, estará perdido, no tendrá alternativas. Seguramente le echará la culpa al plan operativo y no al plan estratégico.
Eso mismo le pasa al gobierno actual, se pasa el tiempo apagando incendios, porque no tiene estrategas en puestos claves, solo algunos técnicos o especialistas, pero que no tienen visión de futuro.
Los latinoamericanos somos muy emotivos, pensamos que las cosas se dan por pálpito, por corazonadas, en cambio los norteamericanos y los europeos son más fríos y sistematizados, por eso logran las mejores soluciones.

¿Y cuál es su mensaje a los clientes o potenciales clientes de EIVISAC?
– En primer lugar, mi reconocimiento a los clientes que confiaron en nosotros. No debe ser, necesariamente, la velocidad y el precio, los que motiven la elección de un contratista, sino la capacidad de garantizar una obra bien hecha. Muchas veces, por el capricho de hacer las obras más rápido, se ejecutan sin respetar los procesos constructivos que establecen las normas. Con esto lo único que se logra es perjudicar la obra.
La experiencia me dice que es mucho mejor programar las obras, con un tiempo prudencial para ejecutarlas. Con esto todos salimos ganando, el cliente tendrá su proyecto bien hecho en un plazo determinado y el contratista no tendrá ingenieros y trabajadores estresados.