• Ing. Marcelo Santillana, gerente general, sostiene que una de las grandes fortalezas de la mina es su cercanía entrañable con las comunidades de su zona de influencia.
• La empresa contribuye a la disminución de la brecha de pobreza en las poblaciones de su ámbito, implementando, a través de Asociación Pataz, el Estado y la sociedad civil, acciones concretas en salud y educación.

El Ing. Marcelo Santillana Salas, gerente general de Compañía Minera Poderosa S.A., sostuvo que el éxito de la actividad minera no solo está constituido por el beneficio económico que genera, sino también por el cambio de la calidad de vida de las comunidades circundantes, como reflejo de la inversión en el sector, debidamente aprovechada por las autoridades correspondientes.

Señaló que Poderosa, desde su fundación el 5 de mayo de 1980, tuvo una comunicación cercana y armoniosa con las poblaciones de su zona de influencia, reconociendo, sin embargo, que la comunicación en los años transcurridos, especialmente en los últimos diez, ha tenido cambios impresionantes, debido a los avances científicos y tecnológicos.

“Cuando ingresé a trabajar en la empresa en el año1986, conocí a determinadas personas, con ellas traté y compartí tareas y responsabilidades; hoy trato con sus hijos y hasta con sus nietos, son generaciones mejor preparadas y con formación profesional, por lo tanto, es necesario discutir y planificar a ese nivel”, enfatizó.

Poderosa, comentó el gerente general, contribuye de forma activa al desarrollo del país y a la disminución de la brecha de pobreza existente en las poblaciones de su ámbito, implementando, a través de Asociación Pataz, en cooperación con el Estado, organizaciones especializadas de prestigio y la sociedad civil, acciones concretas en salud y educación, entre otros sectores.

“Pensamos que nuestros proyectos deben tener un enfoque integral hacia el bienestar de las personas, por lo que trabajamos en mejorar la salud y nutrición, pero además en propiciar que las poblaciones tengan acceso a agua en cantidad y calidad adecuada”, subrayó.

Señaló que a través de la oficina de Relaciones Comunitarias de Poderosa y/o de Asociación Pataz, hay una apuesta concreta por que los niños y niñas de la zona cuenten con una educación de calidad, renovando anualmente, el convenio con la UGEL de Pataz para ayudar que haya más docentes en la zona y estos sean asumidos por el Estado paulatinamente.

Dentro de la evolución, según recordó, hace 15 años, fue fundada la Asociación Pataz, una ONG, brazo derecho de Poderosa, para la sostenibilidad de los negocios mineros y de las comunidades. Agregó que en esta organización se propicia la participación de la empresa, las comunidades, el gobierno regional, los gobiernos locales y la academia. “A esto lo llamamos el poder del esfuerzo conjunto”, subrayó.

Agregó que Poderosa propicia el desarrollo de las comunidades, pero dentro del concepto de la autogestión, porque es necesario trabajar, esforzarse y trazarse metas para desarrollar proyectos de acuerdo a las necesidades de cada comunidad. Bien pueden organizarse para abastecer con algunos bienes o servicios a la mina y tener ingresos asegurados, según comentó.

Marcelo Santillana recordó que la ausencia del Estado en la solución de los problemas alrededor de los centros de operación minera, no ha cambiado en los cincuenta años que él tiene de minero. “Solo llegan –y llegan tarde–, para apagar los conflictos que estallan, pero no para evitarlos”, comentó.

Abordando la situación de Cía. Minera Poderosa S.A, el ejecutivo sostuvo que, circunstancialmente, la empresa es la primera productora de oro en el Perú, debido a que otras minas que tenían mayor volumen de producción de oro, alrededor de 1.5 millones de onzas al año, fueron cerrando y, como consecuencia, Poderosa con 300 mil onzas al año ha pasado a ser la primera productora del metal precioso en el país.

Esto demuestra, según dijo, que la inversión en oro en el Perú ha disminuido considerablemente, a pesar de haber yacimientos disponibles, tal como lo evidencia el crecimiento de la minería ilegal que es la principal exportadora actualmente, sin tributar y sin control.

No descartó la posibilidad de incrementar la producción de la mina, pero para ello, según precisó, tendría que poner en valor la exploración en Batolito de Pataz, una formación geológica que tiene alrededor de 120 km de longitud.

“Para concretar todo esto nos encontramos con un problema no resuelto hace muchos años: la permisología. No me explico por qué razones, para poner en exploración una zona se demoran alrededor de cinco años para otorgar el permiso”, recalcó.

Explicó que la sostenibilidad de Poderosa, como de toda mina, depende de sus reservas, porque la minería es una industria no renovable, más tarde o más temprano llega el final de la vida útil de un proyecto.

“Todavía tenemos un horizonte de 40 a 50 años más, por lo tanto, vamos a persistir en el tiempo”, recalcó.

Informó que en las Plantas Marañón y Santa María se emplea el proceso de cianuración directa, son plantas gemelas porque siguen el mismo proceso; se precipita el oro mediante el proceso Merryl Crowe, y es fundido para obtener las barras que son exportadas a Canadá y a Suiza.

Poderosa, según indicó Santillana, apuesta por la energía verde para su proceso y el 90% procede del Sistema Integrado Nacional. Sin embargo, la empresa ya está incursionando en la energía solar para campamentos y otros, y se viene diseñando una planta de energía solar con una potencia de 5 MW que debe entrar a operar en el año 2025, según comentó.

“Las recuperaciones que se obtienen en las plantas están por encima del 92%; los residuos son almacenados en canchas de relave, donde se controlan todos los efluentes que se puedan generar para evitar la contaminación”, subrayó.

Reveló que están almacenando los relaves, por haberse comprobado que contienen entre 1,5% a 1.6% gramos de oro por tonelada. “Estamos estudiando qué tecnología emplearemos para el proceso”, comentó.

Afirmó que otra preocupación de los directivos de Poderosa es darle sostenibilidad a todo el entorno de la operación, con el objetivo de que cuando la mina deje de operar, estas comunidades sigan siendo productivas.

Hace algunos años se comentó mucho de la “Papa Poderosa”, un importante logro de Asociación Pataz, proyecto innovador que introdujo una nueva variedad de papa INIA 325-Poderosa, lograda luego de cinco años de investigación, que además genera el negocio de cultivo y venta de semilla de papa certificada que obtiene mejores precios e introduce materiales sanos a la siembra.

El nacimiento de la nueva variedad de papa surgió tras detectar que los cultivos de papa en las provincias de Pataz y Sánchez Carrión tenían bajo rendimiento, porque las variedades cultivadas eran susceptibles a la Rancha. Por ello, las municipalidades distritales de Chugay y Piás, impulsadas por Asociación Pataz (con apoyo de Poderosa) se unieron al Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y el Centro Internacional de la Papa (CIP) para investigar, producir, dar asistencia técnica y comercializar la papa; con los productores y autoridades.

Señaló Marcelo Santillana que el proyecto ejecutado por Asociación Pataz, ha logrado la variedad INIA-325 Poderosa, resistente a la Rancha, que rinde 60% más toneladas por hectárea, que las variedades Amarilis y Canchan, con una reducción del costo de producción del 30%.

“Adicionalmente, con la nueva variedad, se ha producido un aumento de ingresos por hectárea que pasó de S/ 22,500 a S/ 35,500”, precisó.

Indicó que ya hay más 100 hectáreas cultivadas con papa mejorada, 150 toneladas de semilla sembrada (se usa 1,5 t/ha. en promedio). Además, hay 1,500 productores de papa de Pataz y Sánchez Carrión que reciben la semilla (como fondo rotario) para cada campaña.