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Jefe de proyecto de permisos en Minería y Medio
Ambiente Ltda. MYMA.
PERÚ: Minería versus Demagogia
Escribe: ING. RÓMULO MUCHO
A tres semanas de las elecciones presidenciales 2021, la campaña electoral se va cargando de propuestas populistas y demagógicas, es decir, de propuestas que engañan a la población. Una de estas propuestas es la oposición al desarrollo de importantes proyectos mineros. En el Perú, todavía existen candidatos a la presidencia y al congreso de la república que, equivocadamente, creen que oponiéndose a la minería van a ganar una gran cantidad de votos. Estos candidatos tienen una mala lectura de las necesidades del país.
Quienes se oponen a la minería en el Perú son pocas personas. La gran mayoría de peruanos sabe que la minería moderna ha cambiado y minimiza sus impactos ambientales, aparte contribuye al desarrollo de los pueblos del entorno, además de contribuir en gran medida al crecimiento económico del Perú. La erradicación de la pobreza –que es el siguiente paso- le corresponde al Estado peruano teniendo como aliado a la empresa minera. Esa aseveración que dice que “donde hay minería hay pobreza” –colocando como ejemplo a las zonas tradicionalmente mineras del Perú, como Cerro de Pasco o Huancavelica, es una verdad a medias. Es cierto que en estos territorios hay pobreza, es verdad también que el Estado no ha sabido transformar los recursos generados por la actividad minera en bienestar para la población.
El oponerse demagógicamente a la minería hará que a estos candidatos les salga “el tiro por la culata”. Contrariamente a esta posición, está la de Hernando de Soto quien es el único candidato presidencial que apuesta firmemente no sólo por la mediana y gran minería, sino también por la pequeña minería y minería artesanal. La tarea pendiente en el tema social minero es lograr que la población sienta que la minería le apoya. Como ya lo explicamos, esto tiene que ser una responsabilidad del Estado. Desde el congreso de la república se debe legislar para lograr este objetivo. Mientras en los territorios cercanos a las operaciones mineras siga existiendo pobreza, ésta seguirá siendo utilizada por los anti mineros por un tema ideológico. Hasta ahora no logran comprender dos conceptos básicos: (1) la minería es una necesidad global y va en aumento su consumo y (2) todo proceso de desarrollo genera un costo social y ambiental, pero gracias a la tecnología hoy se mitiga y remedia cualquier efecto negativo.
En pleno siglo XXI es políticamente irresponsable oponerse a las grandes inversiones mineras. Lo que no significa que el Estado deje de vigilar el cumplimiento social y ambiental de las empresas mineras. El periodista Andrés Oppenheimer señala en una entrevista que en pleno siglo XXI ya no tienen sentido los términos derecha e izquierda. Indica que lo que hay en el mundo son sólo dos tipos de países: los que atraen capitales y los que ahuyentan capitales y que los países que atraen capitales son los que menos pobreza tienen. Quienes apostamos por una minería moderna lo hacemos en el convencimiento de que -subsanando el incumplimiento del Estado para cumplir con su rol- es la herramienta que tenemos a la mano para reactivar la economía y vencer a la pobreza. Quienes se oponen a la minería no hacen más que caer en una barata demagogia. El escenario actual es de confrontación entre la minería y la demagogia. Esperemos que nuestro pueblo valore las cosas en su verdadera dimensión y este 11 de abril triunfe la sensatez.
* Ex Viceministro de Minas. Candidato al Congreso de la República por “AVANZA PAÍS” con el número 34.