Minería
Compañía minera Pampamali y asociadas: Enorme potencial para el desarrollo minero en Huancavelica
- José Herrera Salazar, gerente general, manifestó que la empresa espera un socio estratégico para construir su propia planta de beneficio y continuar el desarrollo del proyecto ubicado en la provincia de Angaraes, región Huancavelica.
La primera concesión, “Corazón de Jesús”, de la Cía. Minera Pampamali S.A. – COMIPSA, se inició en el año 1996, es decir, hace cerca de 30, años lo cual demuestra el proceso dilatado de maduración de los proyectos mineros en el Perú. Siguieron explorando, sacando muestras en la superficie, realizando trabajos también en interior mina, manteniendo la expectativa de desarrollar el proyecto. Así lo reveló José Herrera Salazar, gerente general de la empresa.
En Pampamali, después de la primera concesión, según comentó, y producto de las exploraciones continuadas, se consiguieron otras concesiones aledañas. Asi mismo, al norte, junto a Pampamali se ubica el Proyecto Prospero con empresas asociadas, con mineralización tipo pórfido, skarn, stockwork y vetas. Determinándose en todas ellas, la mineralización de plata, plomo, zinc y cobre difundido en todo el depósito.
Informó que en Pampamali, fueron ubicadas más de 36 vetas que les ha permitido mantener el entusiasmo por desarrollar el proyecto. Agregó que ya cuentan con el estudio de impacto ambiental (EIA) aprobado e incluso una experiencia de trabajo en interior mina.
La naturaleza de la mina, según opinó, determina el método de explotación y la maquinaria que será usada. En este caso, se decidió por el método de corte y relleno y todo manual, agregando que esto tiene la ventaja de utilizar mayor número de trabajadores y la desventaja es que es más costoso.
José Herrera manifestó, por otro lado, que en un proyecto minero se debe priorizar la seguridad, estableciendo una gestión de riesgos, con la misma importancia de la creación de puestos de trabajo y el pago de impuestos al Estado.
En su opinión para garantizar la seguridad tiene vital importancia la prevención, una práctica que debe interiorizarse a los trabajadores de todos los niveles. “Un minero no debe dejar de trabajar obligado por un accidente, sino porque ha cumplido su ciclo activo y pasa a la jubilación sano y salvo”, recalcó.
Reveló el ejecutivo que en este momento la empresa no está produciendo, más bien está en búsqueda de un socio estratégico para instalar una planta de beneficio que se encuentra dentro de las autorizaciones obtenidas como una empresa formal.
Precisó que la aspiración es contar con una planta chica, con una capacidad de 200 toneladas como máximo para tratar los minerales en la propia operación, porque trasladarlos a Nasca u otros lugares resulta muy oneroso.
“Teniendo nuestra propia planta obtendríamos dos cosas muy importantes: podría ir mejorando con el tiempo y ser más eficiente, pero también reducir el costo significativamente”, comentó.
Cuando la mina estuvo en explotación, según recordó, llegó a producir hasta 16,100 toneladas, de los cuales se obtuvo y se vendió, 2,475.78 toneladas de concentrado, entre plata-plomo y zinc. Agregó que no hicieron extracción de cobre por carecer de una planta de tratamiento.
También refirió que el recurso minero, con los trabajos hasta ahora realizados, están sobre 300,000 Oz Au Eq.
José Herrera reveló que este proyecto se ubica a 4,400 m.s.n.n., una realidad donde hay población, pero ninguna actividad industrial ni siquiera agricultura, la única posibilidad de generar puestos de trabajo y darles calidad de vida a esos compatriotas es el desarrollo minero.
“A eso apostamos y el socio estratégico tendría que estar dispuesto a compartir estos retos, crear bienestar para estas comunidades y, por cierto, obtener utilidad económica como todo inversionista, pero también ganancia social que también aspiramos”, enfatizó.
Reconoció que para el desarrollo de un proyecto minero hacen falta profesionales y mano de obra calificada, destacando, sin embargo, que en Lircay (37 Km.), está la Facultad de Minas de la Universidad de Huancavelica, cuyos directivos están prestos a un apoyo mutuo para una capacitación complementaria porque los profesores y alumnos tendrían la oportunidad de trabajar o realizar prácticas preprofesionales en la mina.
Al reinicio de la operación, según indicó, habrá alrededor de 113 puestos de trabajo directos y de manera indirecta, posiblemente otro igual, porque la mina dinamiza a los pequeños productores de la zona que proveen diversos bienes a la empresa.
En cuanto a la responsabilidad social, afirmó que ya tienen la experiencia de haber trabajado junto con las comunidades, en el cultivo de repollo y lechuga a través de mecanismos especiales, porque a esa altura no se puede realizar el agro. Reveló que en los ríos de la zona se hizo la siembra de alevinos para apoyar el desarrollo de la piscicultura.
Recordó, asimismo que en un año por las lluvias torrenciales fue interrumpido el transporte de Pampamali a Ayacucho, la mina apoyó al gobierno regional a rehabilitar esas vías, con los volquetes que tenía disponibles. Asimismo, una de las comunidades de la zona de influencia, les pidió la construcción de una capilla para el culto de los católicos y la empresa concretó la obra con satisfacción.
Asimismo, informó que en educación han apoyado a los colegios con útiles escolares y con computadoras, así como en Navidad comparten la tradicional chocolatada y se entrega juguetes a los niños.
“Tenemos muchos proyectos en mente para concretarlos durante la evolución de la mina, pero todo eso tendríamos que ejecutarlos en coordinación con las comunidades y autoridades que conocen sus prioridades”, subrayó.
Este minero plenamente identificado con el sector reconoce la necesidad de la formalización, porque un pequeño productor formalizado tiene acceso al crédito en el sistema financiero, además puede comprar materiales y productos necesarios, como explosivos, en el mercado formal porque en el mercado negro le cobran hasta 10 veces más. “También tiene dificultades con las plantas de tratamiento”.
Sin embargo, demanda al Estado a apoyar decididamente la formalización a los pequeños mineros y mineros artesanales, con asesoramiento y orientación y no con persecución ni sanciones.
Felicitó al gobierno regional de Huancavelica, que a pesar de sus limitaciones presupuestales ha podido organizar la segunda feria, donde se ha evidenciado la sensibilidad de las autoridades que quieren desarrollar la minería que permite el desarrollo de la región y del país.
“El Perú tiene una biodiversidad admirable, por lo tanto, además de la minería, deben desarrollarse otras actividades como el agro, la ganadería, la piscicultura y el turismo, pero convencidos de que estas actividades pueden convivir y desarrollarse de manera complementaria y no enfrentarlas unas con otras sin un sustento técnico”, recalcó.
José Herrera Salazar es geólogo de formación y minero por amor a esta actividad económica. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en Mollendo, Islay y la formación profesional en la Universidad San Agustín de Arequipa.
Apenas egresado entró a trabajar en Cía. de Minas Buenaventura, donde consolidó su formación de geólogo y luego fue superintendente de una unidad minera del grupo, así como gerente de operaciones de una subsidiaria.
“Todo esto me permitió fortalecer mi experiencia, así como mi participación en congresos a nivel nacional e internacional, amplió mis conocimientos en la innovación minera”, recalcó.
Al retirarse de Buenaventura, en 1996, decidió trabajar por su cuenta, con la experiencia ganada, esta vez como contratista minero. Tiempo después sería elegido como el segundo presidente de Acomipe y su sucesor fue Rómulo Mucho actual ministro de Energía y Minas.
Reveló que antes había trabajado Buenaventura en Pampamali, que lo dejó por algunos motivos, pero había construido una carretera que une Pampamali con Lircay que ha servido para el desarrollo posterior.
Hoy, José Herrera, un apasionado de la minería viene haciendo esfuerzos por sacar adelante Pampamali, superando dificultades, con un espíritu perseverante envidiable.