Economía
La SNI propone nueva Ley General de Industrias basada en enfoques estratégicos concretos
- Jesús Salazar Nishi, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) sostiene que los empresarios deben tener una participación relevante en la construcción de una visión país.
- Estamos impulsando la implementación de una industria manufacturera sostenible basada en una economía circular. En el mundo ya no se concibe una actividad manufacturera que no sea socialmente inclusiva y ambientalmente responsable.
Ingeniero Salazar, ¿Qué aspectos destaca usted del mensaje de la presidenta Dina Boluarte el 28 de julio?
– Estamos totalmente de acuerdo con impulsar la economía a través de los grandes proyectos de infraestructura. Por ejemplo, el desarrollo de una petroquímica que para la industria es sumamente necesaria, o de instituir una autoridad autónoma de infraestructura. Sin embargo, creo que no es muy conveniente, en este momento, hablar de remuneración mínima vital.
También es destacable la propuesta de generar institucionalidad en los partidos políticos, por ser indispensable mejorar la representación nacional como lo ha propuesto la presidenta Boluarte.
Si bien la SNI debe tener políticas corporativas continuadas, pero cada gestión tiene algunas prioridades, ¿cuáles son las suyas, Ing. Salazar?
– Los empresarios en el Perú, sobre todo los industriales, tenemos un nuevo rol que cumplir. Ya no más “cuerdas separadas”, ya no más esperar que los políticos y los gobiernos cumplan con construir una visión país, sino que los empresarios debemos tener una participación relevante en esta función. Nuestra institución, la SNI, está tomando la iniciativa de proponer cambios fundamentales. Y lo prioritario es construir una visión de desarrollo sostenido del Perú hacia el 2050, basada en las inversiones productivas en las regiones.
El desarrollo del Perú debe dejar de ser heterogéneo, con brechas inmensas de nuestras regiones respecto a Lima, no solo económicas, sino sobre todo sociales y esto es indispensable cerrar. La mejor forma de construir un país homogéneo son las inversiones productivas y en eso estamos empeñados.
¿Qué principios básicos tendrá la nueva Ley General de Industrias que usted propone?
– En primer lugar, queremos superar aquella idea que ha imperado por mucho tiempo de que la mejor política industrial es la que no existe, pensando que el mercado podría corregir todas las distorsiones y eso es absolutamente falso. Hoy estamos pagando las consecuencias de no tener una política industrial.
El Perú ya probó diversas experiencias, desde un extremo proteccionista, que hizo mucho daño a la industria, hasta un extremo liberal, que dejó en manos del mercado el desarrollo industrial. Ninguno de estos dos extremos ha funcionado.
La SNI propone una ley que permita el impulso de políticas sectoriales, pero con un enfoque marcadamente regional, posibilitando el desarrollo homogéneo del país.
Sin embargo, esto debe ser una “Política de Estado”, que trascienda a los gobiernos, con un horizonte de largo plazo, orientado a convertir al Perú en un país industrializado hacia el 2050. El Perú al adoptar la decisión de crecimiento deberá determinar qué sectores impulsar y esto es simplemente buscar ventajas comparativas en el país.
¿En qué enfoques estratégicos se basa esta propuesta de ley?
– Nuestra propuesta se basa en tres enfoques estratégicos:
1) Hablar de políticas sectoriales en la manufactura, porque esta tiene diversos sectores: textil, pesquero, maderero, plásticos, metalmecánica, acuicultura, entre muchos otros. Cada uno de ellos tiene particularidades que deben ser reguladas e incentivadas. Eso es lo que se hizo en la agroindustria y los resultados están a la vista, porque hoy el Perú es potencia mundial en este sector. Esta política sectorial se debe replicar en diversos rubros industriales.
2) Enfoque territorial, revirtiendo aquella decisión de pensar solo en Lima y desarrollar solo a Lima, tanto es así que el PBI manufacturero de Lima es del 60% y en más de la mitad de las regiones del país no llega al 1%. Como es de imaginar esto ha originado grandes brechas sociales de las regiones comparadas con Lima. La pobreza se asienta en zonas donde no hay inversión productiva. Esta es una correlación demostrada no solo en el Perú, sino en el mundo.
3) El tercer factor estratégico es la sostenibilidad y esto no es un tema de moda, como algunos creen, sino una necesidad y respeto al lugar donde se desarrollan negocios. Ninguna actividad industrial debe afectar al medio ambiente.
El Perú decidió acogerse a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, pero estamos haciendo poco en este tema, no podemos olvidar que en el 2030 debemos dar cuenta de los avances que hemos alcanzado.
Un compromiso de la SNI es aportar a la concretización de estos ODS. Por esa razón en las celebraciones por la Semana de la Industria realizada en nuestra casa, en el mes de junio, instalamos la mesa de trabajo del ODS 09, “Industria, Sostenibilidad e Innovación”, lo cual lo venimos trabajando con Perú Sostenible, una asociación que viene llevando los ratios de los avances de los ODS en el Perú.
Su gestión viene proponiendo la implementación de una industria manufacturera sostenible basado en una economía circular, ¿cuál es el objetivo de esta propuesta?
– En el mundo ya no se concibe una actividad manufacturera que no sea socialmente inclusiva y ambientalmente responsable. Eso es ser sostenible. En el Perú la industria nacional, hace muchos años, decidió hacer cambios en su matriz productiva, por lo tanto, diversas industrias vienen transitando hacia un modelo circular, que no es otra cosa que generar riqueza económica y social, pero también construir capital ambiental. Esto es uno de los fundamentos de nuestra propuesta de ley.
La SNI viene abriendo oficinas en las regiones, ¿esta es una forma de impulsar la descentralización del país?
– Es cierto, nos proponemos dar el ejemplo en la descentralización. Cuando asumí la presidencia de la sociedad dije que necesitábamos buscar la manera de impulsar el desarrollo de las regiones, además desde hace algún tiempo vengo sosteniendo que la descentralización en el Perú debe venir desde las regiones y no de Lima hacia las regiones.
Es indispensable que las regiones trabajen y se esfuercen por potenciarse y lograr la homogeneidad, lo cual se logra a través de la presencia activa en las regiones. Cuando asumí la presidencia de la SNI solo teníamos cuatro sedes en las regiones, hoy ya tenemos nueve incluyendo Lima, y pronto estaremos inaugurando tres más y de manera progresiva contaremos con sedes en todas las regiones.
En el año que tengo al frente de la sociedad he visitado 18 regiones y visitaré a todas impulsando la inversión productiva. Si queremos alcanzar un país desarrollado no podemos seguir pensando solo en Lima.
Hay críticas de que la SNI solo se preocupa de las grandes empresas, mas no de la Pymes, ¿cuál es su comentario?
– Nosotros somos representantes de la micro, pequeña. mediana y la gran industria. En mi primera actividad pública al frente de la SNI, en Villa El Salvador, me dieron la bienvenida como “representante de la gran industria”. Tuve que hacer la aclaración correspondiente. Actualmente más de 130 asociaciones de Mypes a nivel nacional son socias de nuestra institución.
El 15 de julio, Día de las Mypes, tuvimos un gran almuerzo con estas 130 asociaciones, con la presencia de la presidenta de la República, el ministro de la Producción y del ministro de Comercio Exterior. En esa reunión buscamos el compromiso del gobierno de potenciar a este importante sector.
En el Perú un 99.4% de negocios son micro y pequeña empresa, mediana y grande son escasamente 0.6%. El problema es que la mayoría de ese 99.4% es de subsistencia y la subsistencia lleva a la informalidad y esto significa no progreso. Este es un círculo vicioso que ningún gobierno ha podido o querido resolver.
Lamentablemente, en el Perú hay incentivos perversos a la informalidad y al enanismo empresarial. Estos incentivos hacen que los micros no quieran pasar a pequeños y el pequeño no quiera pasar a mediano, por lo tanto, seguimos en el mismo estatus, no hay evolución.
Nosotros estamos pidiendo el cambio del régimen tributario. Tenemos un régimen general y este de general no tiene nada, porque no significa más del 8% de las contribuciones. Más bien, la mayoría, estamos en regímenes especiales, lo cual hace mucho daño al país.
Se viene ejecutando el megapuerto de Chancay con una inversión de US$ 3,000 millones, ¿Qué va a significar esta infraestructura para el país?
– Este megapuerto va a cambiar el futuro comercial del país, porque se convertirá en el HUB de la región. Recibirá grandes embarcaciones que hasta hoy no recibe ningún puerto de Sudamérica. Esas grandes embarcaciones tomarán como punto de referencia para toda la zona sur de la región y a partir de allí se harán trasbordos a otras embarcaciones más chicas para distribuirse a nivel de países. Esto complementado con la modernización del puerto de Callao potenciará enormemente nuestro mercado hacia fuera, es decir, no solo para llevar, sino también para traer productos.
El desarrollo de esta gran obra debe complementarse con las inversiones productivas, es decir, incrementar nuestra producción para tener oferta exportable en cantidad y calidad, tal como lo exige el mercado global. Pero no podemos seguir exportando solo materia prima, sino productos con valor agregado.
Esta obra podría complementarse con el Parque Industrial de Ancón, ¿pero cuál es el avance de este proyecto?
– En este tema se presenta una gran paradoja: una buena noticia, pero también preocupante. El Parque Industrial de Ancón fue creado hace 60 años y después de ese tiempo nos han convocado para decirnos que esta obra estará disponible de aquí a 20 años. Este largo proceso de ejecución de los proyectos hacen grave daño al país.
En el año 2004 se emitió una Ley de Parques Industriales, creándose 19 parques industriales a nivel nacional y hoy ninguno de ellos funciona. La razón es sencilla: se puso bajo la administración de los gobiernos regionales y ya sabemos que el sector público no tiene capacidad para gestionar, menos un sector especializado como los parques industriales.
Estos parques deben ser manejados por el sector privado, incluso podrían estar en el ámbito público, pero administrados por privados que saben gerenciar. Aquí se viene repitiendo lo que pasa en las zonas económicas especiales, operadas por el sector público y sin ningún éxito, no fomentan las exportaciones ni potencian la producción del país.
El Perú es un país minero, pero seguimos exportando solo concentrados, ¿por qué no hay inversión en la industrialización de los minerales?
– Una vez más: es falta de decisión estratégica de crecimiento. El Perú no se ha decidido crecer y cómo crecer. Y esto debe ser producto de un análisis serio para decidir hacia dónde debemos crecer y cuáles serán las rutas estratégicas del crecimiento. Uno de ellos es la minería.
El Perú es un país minero y debe seguir siéndolo por los grandes aportes al país. Sin embargo, es preocupante que la industria manufacturera no haya sido impulsada como un gran complemento de esta actividad económica. La Ley que estamos proponiendo establece con claridad sobre la proveeduría a la minería y el desarrollo del valor agregado de los minerales que exportamos.
La electromovilidad demanda mucho cobre y en los años siguientes esa demanda se incrementará, pero nosotros seguimos exportando solo concentrados. Nos faltan plantas de transformación para agregarle valor a nuestros minerales. El litio es otro material de futuro, pero el Perú, a pesar de contar con este recurso, está dilatando demasiado su explotación
Se dice que las inspecciones de las entidades del Estado no están orientadas a apoyar a las industrias, sino a sancionarlas por la menor falta administrativa, ¿así de grave es el tema, ingeniero?
– Así es, efectivamente. Los industriales que hemos perseverado en estas actividades, hemos salido adelante a pesar de todas las trabas del Estado en sus diferentes estamentos: gobierno municipal, gobierno regional y gobierno central. No se nota un compromiso del Estado en acompañar el emprendimiento.
Si usted abre una empresa en cualquier rubro y de cualquier tamaño, va a tener a todas las instituciones del Estado tocándole la puerta. Y ojalá fuera para acompañar y ayudar a crecer y consolidarse. Pero eso no sucede, es más bien para buscar la sinrazón y sancionar.
Las inspecciones de las municipalidades de Lima están haciendo mucho daño a la industria. Están cerrando a grandes fábricas trasnacionales que operan hace décadas en el Perú y con argumentos tan absurdos y burocráticos. Con estas arbitrariedades no solo perjudican a las empresas, sino a centenares de trabajadores que ganan su sustento familiar en estos centros de labor.